La profesión vergonzosa (James Laughlin, en la voz de Roque Larraquy)

La profesión vergonzosa (James Laughlin, en la voz de Roque Larraquy)

3 Minuten

Beschreibung

vor 5 Jahren

Durante años intenté ocultarle a la gente del pueblo que escribía
poesía
para que no supieran que era un bicho raro
Yo no quería que los pibes que vienen a comprar en camioneta al
almacén cajones de cerveza supiesen que era un maricón
Me pareció prudente dejar de comprar Página y pedirle al diariero
que me mandara el Diario Popular.
Una vez que quemaba todos los borradores de mis poemas, recién
ahí sacaba la basura,
los chicos meten mano por ahí, los cartoneros son curiosos
Tomaba todos los recaudos


Pero en un pueblo chico no es fácil mantener secretos, todo el
mundo conoce a todo el mundo, y se cuentan los chismes cuando van
a dar la vuelta al perro
Las cosas comenzaron a precipitarse
Apareció un muchacho con acento porteño y pelo largo y empezó a
preguntar por los negocios dónde era la casa del poeta
Después se rompió un caño y el plomero contó que había visto un
montonazo de libros apilados en el sótano, algunos en idiomas
extranjeros
Al día siguiente vino el jefe de Bomberos Voluntarios, y se hizo
el que miraba la instalación eléctrica
Yo me empecé a poner un poco paranoico; el patrullero, que
supuestamente tiene que vigilar los caminos rurales una vez por
semana, pasó tres días seguidos por la entrada de mi casa
Todo empezó a pudrirse cuando no sé bien cómo un periodista de un
diario de la zona escuchó los rumores y escribió una notita:
Conocido poeta detenido por exceso de velocidad. Podría
revocársele el registro.
Mi vida cambió mucho desde entonces
Nadie se me rió en la calle todavía (mido más de uno ochenta,
peso ciento diez kilos, y estoy -para mi edad- en buen estado
físico) pero me miran raro


Ya no voy a comprar al almacén porque una nena que se metía el
dedo en la nariz me señaló y le dijo algo a la cajera; ahora
compro todo en los pueblos vecinos o pido que me manden


Mi vida es diferente ahora que ellos saben que escribo
poesía
Pero si piensan que van a lograr que me avergüence y que deje de
hacerlo, no saben cómo se equivocan
No estoy contraviniendo ley alguna
Voy a seguir haciéndolo a menos que declaren que soy una amenaza
para la sociedad, y que me encierren en algún psiquiátrico
Oí que en el loquero hay un tipo que dice ser Lugones. Seguro que
él me entiende y quiere ser mi amigo; podemos recitarnos el uno
al otro poemas, si acaso nos prohíben tener papel y lápiz.

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