Hongos (Mary Oliver, por Margarita Quiceno)

Hongos (Mary Oliver, por Margarita Quiceno)

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Beschreibung

vor 4 Jahren

Lluvia, y después


los labios fríos


y fruncidos del viento


que los llaman


de abajo de la tierra:


cráneos rojos, dorados,


como puños que irrumpen


de las hojas,


del pasto,


de la arena; asombrosos


de tan súbitos,


tan quietos


y tan húmedos, aparecen


en mañanas de otoño, algunos


en difícil equilibrio, erguidos


en su única pezuña


cargada de veneno, otros


se inflan, regordetes, deliciosos:


las personas que saben


salen a recogerlos, y eligen


los benévolos de las parvas


brillantes de hechiceros,


de ángeles de la muerte, blanquísimos,


como tiburones con sus velos,


de una apariencia inocua como azúcar


pero llenos de parálisis:


comer


es agacharse


a gran velocidad como los hongos


cuando se cansan de su propia perfección


y de la noche a la mañana


vuelven a sumergirse bajo tierra


en los campos lustrosos por la lluvia.

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