¿Cómo quedarán mis manos? (Estela Figueroa, por Santiago Venturini)

¿Cómo quedarán mis manos? (Estela Figueroa, por Santiago Venturini)

64 Sekunden

Beschreibung

vor 3 Jahren


¡Cómo nos persiguen


los muertos!


Aunque escondamos sus fotos.


Aunque saquemos de la casa sus ropas.


Aunque intentemos obligarlos


al rincón oscuro del silencio


cómo vuelven…


Durante el día


intervienen en nuestras conversaciones


y hablan por nuestra boca


palabras violentas.


Hay quien elige nuestra ropa


y quien nos empuja hacia la casa


adonde no pensábamos volver.


Qué ansiedad nos transmiten


en nuestras enfermedades.


Y como las flores apretadas


entre las hojas de un libro


o como la carta que amarillea


con qué paciencia nos esperan.


¿Son lo que entra en el instante


en que el pensamiento se abre


al esplendor del verano?


¿Esa sensación de brisa


son?


¿Ese miedo repentino que la acompaña?


Sólo de noche


cuando dormimos


los muertos están quietos.


Ya la llave giró en su cerradura


y ellos —como perros sin dueño—


se echan ante la puerta.


¿Cómo quedarán mis manos


cuando muera?


¿En qué gesto inmóvil


como si un silencioso pintor


las hubiera acomodado?


¿Tratando de agarrar la taza de té frío


o la flor que un amigo piadoso traería


para endulzar la convalecencia?


O simplemente una a cada lado de mi cuerpo


hermanas como han sido


siempre


de mi vida


—poco propicias a la caricia


poco propicias al golpe


siempre distantes de mis emociones...—


Compatriotas,


júzguenlas con benevolencia.


Déjenlas como queden


no las fuercen al gesto del perdón.


Piensen que fueron las manos de una niña


que ya murió,


de una muchacha tímida


que murió también.


Y si quedaran crispadas:


piensen que su vida


—como la de ninguno de ustedes—


fue fácil.

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